viernes, 14 de diciembre de 2012

Ilusión de causalidad y timos varios

Las personas aprendemos constantemente cosas nuevas para adaptarnos a nuestro entorno. Una de las cosas que solemos hacer al relacionarnos con el ambiente es establecer relaciones causales, es decir, que viendo lo que ocurre intentamos establecer qué cosas son causa de otras. ¿Por qué hacemos esto? Lógico, si algo provoca un efecto, aprender “esa” relación me permite ejercer un control sobre el medio.

Si aprendo que con una medicina “X” puedo curar el problema “Y”, en el futuro podré usar “X” para solucionar “Y”. Hasta ahí bien, la siguiente pregunta que podemos hacernos es…¿cómo hacemos para establecer relaciones causales?

Una de las claves que utilizamos para deducir la causalidad es la contigüidad. Es decir, cuando a “A” le sigue “B”, tendemos a pensar que “B” está causada por “A”. La lógica de la relación causal también tiene que ser factible. Por ejemplo, alguien muy racional y escéptico no pensaría que “A” es causa de “B” si sabe que es imposible dicha relación según su conocimiento del mundo. Esto explicaría por ejemplo por qué aquellos que son más supersticiosos (en el sentido de que creen cualquier mito ilógico) son también quienes creen en el destino y otras cosas del estilo. Hay una falta de racionalidad en el sistema de creencias de estas personas que permite otorgar credibilidad a cualquier tipo relación causal que encaje con sus ideas (como que un gato negro es la causa de suspender en un examen). Escribí algo sobre el tema aquí.

Una profesora de la Universidad de Deusto, Helena Matute, se dedica a investigar junto al resto de su equipo cómo establecemos los humanos relaciones de causalidad. Lo explica estupendamente en esta entrada que publicó en Psicoteca.

Lo que normalmente es un mecanismo de aprendizaje que nos supone un gran beneficio y una ventaja adaptativa, puede suponer también una vulnerabilidad si se usa en nuestra contra. Veamos cómo nuestro sistema puede ser hackeado, o cómo incluso podemos usarlo en nuestra contra nosotros mismos sin darnos cuenta.

Experiencia
Como experiencia te propongo que veas el capítulo de la serie “Los timadores” titulado “The cover up”. No aparece en internet o por lo menos no lo he encontrado. Lo que ocurre en este programa es que los estafadores se dedican a vender a la gente un spray que se supone sirve para echarlo en la matrícula, y que si te saca una foto un radar gracias a este spray tu matrícula no saldrá en la foto. El spray no funciona realmente, pero para vender el producto los timadores se sirven de algo parecido a lo que sería un “truco de magia”.

Ellos prueban el producto delante del comprador y sacan una foto a la matrícula. Enseñan la foto luego, y resulta que la matrícula sale oscurecida. Parece que el producto funciona. Sabemos que la matrícula se ve en las fotos, echamos el spray y a eso le sigue un resultado: la matrícula ya no se ve.

Así los timadores consiguen inducir una ilusión de causalidad, consiguen que el comprador crea que la causa de que la matrícula no se vea en la foto es el spray utilizado. De este modo los timadores consiguen convencer incluso a un escéptico que aparece por allí, pensando que debe de ser una estafa, pero cuando ve cómo lo utilizan de forma exitosa delante de su cara, cambia de opinión y lo acaba comprando también.

Pero, ¿dónde estaba el truco? La lente de la cámara tenía una pintada con la forma de la matrícula. Al sacar la foto simplemente ponían la matrícula del coche fotografiado debajo de la mancha. Es como un truco de ilusionismo. La causa de la matrícula que no se ve no estaba en el spray sino en la cámara utilizada.

Pues con esta demostración fraudulenta consiguen engañar a la gente haciéndoles creer que el produco funciona. En otros timos del mismo programa consiguen convencer al personal de que tienen un recargador de tarjetas de bus, o un producto milagroso que limpia billetes negros. Muchos timos se basan en esto, en inducir ilusión de causalidad para vender algo que no tiene utilidad real como bueno. Como experiencia busca el programa de los timadores “The Cover Up” y visualízalo.

¿Y los anuncios de la tele?
Lo mismo que se puede inducir ilusión de causalidad con una especie de truco de magia para engañar a la gente, también se puede hacer en la tele. Hay una técnica en publicidad que se conoce como "demostración publicitaria". Usan el producto y te muestran los resultados. Si los resultados que muestran no fueran reales o proporcionales al esfuerzo realizado en el anuncio para conseguirlos, te estarían haciendo creer en algo que no es del todo real. No digo yo que lo hagan, pero puede ser una forma de inducir ilusión de causalidad para que la gente demande el producto. Busca algún anuncio donde se siga este procedimiento, verás que no resulta muy complicado encontrarlo.

¿Y las sectas?
En algunas sectas podrían simular falsos milagros mediante trucos de ilusionismo para ganar en número de fieles, y pueden llegar a ser muy persuasivas este tipo de demostraciones. Si crees que con un truco de magia no se puede engañar a gente adulta y convencerles de que alguien tiene poderes o hace milagros, echa un vistazo a esto…



Medicinas que no curan
Volviendo al tema de las medicinas, la ilusión te la puedes generar tú mismo o con la ayuda de un terapeuta alternativo. Imagina que tienes catarro, te tomas un remedio natural “curalotodo” y aparentemente sanas. Al hecho de tomar el remedio (“A”), le sigue la cura (“B”). Así podemos llegar a desarrollar la ilusión de que el remedio curó tu catarro. Tal vez el catarro se hubiera curado igualmente, hubieses tomado ese remedio o no. Tal vez a partir de ahora cada vez que tengas catarro tomes del mismo remedio pensando que funciona, aunque no sea cierto necesariamente. Así es como una vez más podemos ser víctimas de nuestro propio aprendizaje, indispensable para nosotros en la mayoría de casos.

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